El restaurante, ubicado en el madrileño barrio de Salamanca y gestionado por los fundadores de WeTech Food, sirve boles de proteínas, arroz y vegetales. La IA es clave para que la máquina desarrolle “una política de comportamiento”
Valeria Silva
A simple vista parece un horno o un microondas gigante, pero detrás de sus placas anaranjadas se esconde el primer robot ‘chef’ y ayudante de cocina de Madrid. ‘Lex’, rebautizado como ‘CooLex’ cuando se instaló en el restaurante Earth Mama el pasado noviembre, fue creado por los fundadores de la empresa WeTechFoody, a su vez, socios del establecimiento, ubicado en el barrio de Salamanca. Rodrigo Orellana, uno de sus cocreadores y también director de Robótica en la compañía, comparte con Hutopia su historia y los inicios de este singular cocinero.
Desde pequeño, Orellana desmontaba los secadores de su madre, sus juguetes de control remoto y todos los cachivaches que encontraba en casa. “Siempre me ha gustado ver las cosas desde dentro”, recuerda. Logró que la puerta de su habitación se abriese automáticamente e iba a talleres de electrodomésticos para que le explicasen cómo funcionaban los televisores. Incluso organizaba competiciones con un amigo de la infancia para construir pequeñas máquinas: “Era pasión de verdad. Él por su lado y yo en mi habitación nos quedábamos hasta la 1 o 2 de la madrugada preparando todo”.
Cuando creció y terminó los estudios de Ingeniería Electromecánica en su Bolivia natal, aplicó a la Universidad Politécnica de Madrid para cursar un máster en robótica. Al finalizarlo, pasó por varios proyectos y empresas hasta que pudo inscribirse en una incubadora de startups. Fue allí donde conoció a sus ahora socios de Earth Mama y cofundadores de WeTechFood, firma por la que siente un profundo orgullo.
LOS PRIMEROS PASOS
Román Salazar, director general de WeTechFood, cuenta que cada integrante del equipo desarrollaba una labor diferente. “Jorge Montejo tenía un catering y un restaurante, Guillermo Ortiz trabajaba en la expansión internacional de Glovo, Rodrigo estaba estudiando el máster y yo me encontraba en Accenture”, rememora.
Desde noviembre, ‘CooLex’ ha preparado más de 3.120 boles a partir de dieciséis ingredientes y cuatro salsas refrigeradas
El prototipo de ‘CooLex’ comenzó a cobrar forma en 2020. Inicialmente parecía un amasijo de cables, cuyo diseño resultó especialmente complejo y generó el interés de diferentes inversores. Uno de los desafíos más complicados, relata Orellana, fue registrar la patente ya que, en un primer momento, trataron de que el robot preparase platos calientes en una olla. Pero la idea ya existía... De modo que cambiaron su base para probar con el formato de platos fríos en boles. Hasta la fecha, ya ha preparado más de 3.120…
APRENDIZAJE POR REFUERZO
Un robot cocinero necesita lograr una productividad alta, por lo que la posición y las porciones de los ingredientes son claves para lograr su máximo desempeño. “No es fruto del azar, sino que tienes que estudiar a fondo los movimientos para que el robot pueda echarlos lo más rápido posible”, señala para apostillar acto seguido que opera con dieciséis productos (proteínas, arroz y vegetales) y cuatro salsas refrigeradas.
La máquina se entrena a través de recompensas. Por ejemplo, le dan diez puntos si termina el bol en menos de dieciocho movimientos
En esa carrera, hubo dos variables clave: la matemática, que les llevó a enfocarse en la optimización de la máquina “tramo por tramo” con el fin de que ‘CooLex’ eligiera siempre la posición que le costara menos tiempo y esfuerzo, y la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) en el aprendizaje por refuerzo, que consiste en habituar al algoritmo a determinadas prácticas para que desarrolle una cierta “política de comportamiento”. Todo ello estimulado por un sistema de incentivos para el robot, como sucede con los perros cyborg.
LA LLEGADA DE ‘COOLEX’ A EARTH MAMA
Orellana desarrolló además el kitchen assistant, una herramienta específicamente diseñada para el restaurante. Se trata de una pequeña pantalla pegada a la pared del equipo y que actúa como único punto de contacto con este. En ella se pueden ver las órdenes de los boles que debe preparar, los que ya está haciendo, los que son para delivery o para comer en el establecimiento... También puede apreciarse el feedback sobre el estado del robot en su parte lateral izquierda. Por ejemplo, si la puerta de la máquina se ha quedado abierta o si no está en su posición correcta. Así el operador conoce en todo momento los procesos y el estado del equipo.
Y… ¿hay alguna persona en el local? La respuesta es sí, siempre hay un operador que toma los pedidos de los clientes en la plataforma Agora para luego enviarlos al robot. Es el caso de Orianna Ramos, que está formada también para llevar a cabo la limpieza de la máquina y su mantenimiento preventivo diario con el fin de que, en caso de que se produzca una incidencia, también esté capacitada para lidiar con ella: “La innovación viene siempre de la mano de la transformación de los puestos de trabajo. No es que haya un robot y nada más. Existe una persona que te atiende, pero la máquina luego te ayuda en el proceso de elaboración de los platos”.