‘Inspectores’ inteligentes para garantizar
la calidad de las piezas

Embega, cooperativa navarra de Corporación Mondragon, está usando la IA en las revisiones de sus productos. En el futuro, sus responsables planean que esta tecnología pueda operar sin supervisión humana


María Fernanda Brea

Villatuerta | 25 de marzo de 2024

El director general de Embega, Asier Toledano, se declara apasionado de la innovación. (Foto: Sergio Martín)

L a regla de las 10.000 horas, popularizada por el periodista canadiense Malcolm Gladwell, establece que si realizas una determinada actividad durante ese tiempo te convertirás en un experto. Sin embargo, la práctica no siempre es suficiente para alcanzar la excelencia. Entre otras cosas porque errar es de humanos. En Embega, cooperativa de la Corporación Mondragon, lo tienen claro

Por eso, sus responsables han implementado la Inteligencia Artificial (IA) a sus procesos de inspección visual de electrónica impresa. “Revisar circuitos electrónicos es un trabajo que, además de requerir mucha precisión, puede resultar tedioso para una persona, ya que es muy repetitivo. Antes de aplicar la IA a nuestros controles visuales se producían algunos escapes de calidad”, explica Asier Toledano, director general de la empresa, apasionado de la innovación.

La cooperativa de Villatuerta (Navarra) se dedica principalmente a la fabricación de accesorios metálicos para electrodomésticos, automoción y a aspectos relacionados con la serigrafía como la electrónica impresa y flexible. Una tecnología transversal, ya que los circuitos que desarrolla la firma son utilizados en el ámbito del vending; el automóvil; y, desde hace poco, en el área de la salud. Actualmente, las exportaciones, en su mayoría dentro de Europa, “suponen el 60 % del volumen del negocio” de la empresa.

En 2021, la cooperativa empezó a implementar soluciones tecnológicas para realizar las inspecciones visuales de sus productos. Primero optó por aplicar la visión artificial, pero sus responsables se dieron cuenta de que a veces propiciaba falsos negativos en los controles de calidad. Es decir, que marcaba como “malas” piezas que en realidad estaban bien fabricadas. El siguiente paso que dieron fue utilizar la IA. Según Toledano, ha facilitado en gran medida esta labor, ha disminuido los costes y ha generado un incremento de sus márgenes.

Los trabajadores en Embega no temen ser reemplazados por la IA, ya que al ser una cooperativa, esta busca la estabilidad del equipo a largo plazo

“Cuando comenzamos a implementar las nuevas tecnologías inteligentes, no teníamos mucha experiencia en este ámbito, por lo que trabajamos con un socio de Navarra, una desarrolladora. Conjuntamente empezamos a aplicar nuestro conocimiento del producto y concretamos el proyecto”, comparte el director general de la compañía. En este sentido, la organización, nacida en 1972, se lanzó a experimentar con la IA debido a que la tecnología ya estaba disponible en el mercado y porque sus directivos estaban convencidos de que les haría “más competitivos”.

ENSEÑANDO A LA MÁQUINA

Aunque la Inteligencia Artificial ha enriquecido esta labor dentro de Embega, no ha sustituido a las personas. De hecho, todavía hay trabajadores realizando esta tarea junto a la máquina de inspección, a la que enseñan a diferenciar las piezas fabricadas correctamente y supervisan para comprobar que no comete errores. La mayoría de los trabajadores son técnicos, químicos o ingenieros como Toledano. Él estudió Ingeniería Industrial en la Escuela de Ingeniería de Bilbao y más tarde, cuando decidió especializarse, se matriculó en un Máster en Tecnologías avanzadas de Fabricación. Su trayectoria, tanto académica como profesional, refleja su inclinación por trabajar en proyectos innovadores que incluyan tecnologías transversales, como es el caso de la organización navarra.

“La parte de la IA que nosotros utilizamos es el deep learning o machine learning. Básicamente, metemos información a la máquina y le enseñamos a reconocer falsos rechazos. Cuando tiene que identificar si una pieza es buena o mala, la compara con los modelos que ya le hemos mostrado nosotros. De igual manera, corregimos al dispositivo cuando se equivoca y, así, aprende de su error”, revela.

En el futuro, la empresa espera que ya no sea necesaria la supervisión de un técnico y que la máquina de control de calidad pueda funcionar por sí sola. Es más, su director general augura que las nuevas tecnologías asumirán los trabajos “tediosos o repetitivos”, dejando así que los humanos se encarguen de labores más relacionadas “con el pensamiento”.

LA ESTABILIDAD EN EL ABISMO TECNOLÓGICO

Aunque muchos profesionales temen ser reemplazados por la IA, quienes conforman esta pyme navarra parecen no compartir ese sentimiento. Quizás porque es una cooperativa donde el equipo tiene una visión a largo plazo. Comenzaron siendo 42 trabajadores y hoy suman 130. “El 98 % de las personas que forman parte de la compañía son socias. Saben que su trabajo está asegurado y que nos preocupamos por su formación y estabilidad”, resalta.

Anteriormente, Toledano había trabajado en empresas multinacionales y familiares, pero nunca en una cooperativa hasta que llegó a Embega. Sin embargo, este mundo siempre le ha llamado “la atención”, por lo que cuando le llegó esta oferta laboral no lo dudó. Tras haber trabajado como director general de la firma por casi dos años, comparte que el modelo de negocio de la pyme ha supuesto un impacto positivo tanto externo como interno. “La empresa ha aportado a la gente de Tierra Estella puestos de trabajo seguros, ya que la tendencia es que todos sean socios indefinidos. Esto a su vez ha causado que la compañía busque que los empleos sean de calidad, ya que queremos a las personas con mejor actitud trabajando con nosotros y creando relaciones a largo plazo”, añade.

Según el estudio más reciente del Instituto Nacional de Estadística (INE), menos del 13 % de las empresas en España están implementando la IA, así que la compañía navarra es de las pocas pymes incluidas en ese porcentaje. Quizás porque la innovación está ligada al ADN de la cooperativa. Y es que, además de apostar por las nuevas tecnologías, la empresa está involucrada en diferentes proyectos para hacer crecer el potencial del talento. “Otras empresas se irán incorporando poco a poco al mundo de la IA. También hay que tomar en consideración que no todas las compañías tienen los recursos suficientes para empezar a aplicar estas nuevas herramientas inmediatamente”, comenta.

La apuesta de Embega por la innovación ha contribuido al crecimiento de la empresa. Muestra de ello es que la facturación de la cooperativa ha pasado de los 8,77 millones de euros registrados en 2019 a los 12 millones con los que cerró 2023. La firma ya trabaja para avanzar en temas relacionados con la automatización y la optimización de procesos administrativos, pero su objetivo no es convertirse en la empresa “que más usa la IA”: “No hace falta utilizar la tecnología más puntera. Hay que seleccionar la que necesitas para tu negocio y aprender a utilizarla bien”.




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