David Torrejon decidió especializarse en la IA durante su época universitaria. Desde entonces, es uno de los líderes en la implementación del ‘machine learning’ en Red Points, una empresa de Barcelona que se dedica a la protección de los derechos de autor en el mercado ‘online’
Arantxa Garcia
E n una cafetería de Barcelona y con un café en la mano, el ingeniero catalán David Torrejon remarca que la Inteligencia Artificial (IA) empezó a despertar su interés durante la carrera universitaria. Torrejon estudió Ingeniería Informática en la Universidad de la Salle, también en la Ciudad Condal. Pero, al acabar sus estudios y tras haber trabajado en algunas empresas del sector, decidió dedicarse a la IA. “Las dos o tres únicas asignaturas que me gustaban de la carrera tenían algo que ver con la IA. Así que me fui a estudiar un máster sobre este tema a Bélgica”, relata.
Después de completar su formación en la Universidad de KU Leuven, volvió a su tierra natal para trabajar en startups. Hoy, ya con la perspectiva que da el tiempo, forma parte del equipo de ingenieros de Red Points que, a través del machine learning, busca infracciones de la propiedad intelectual en internet. La empresa, dirigida por la navarra Laura Urquizu, ofrece asistencia a las empresas para eliminar productos falsificados, así como perfiles y sitios web de suplantación de identidad. A través de su plataforma, emplea la IA para detectar y eliminar estos contenidos de forma automática. Y lo hace durante las veinticuatro horas del día.
Torrejon empezó a trabajar en Red Points en 2018. Su objetivo, precisamente, era participar en la gestación de la plataforma. Seis años después es el vicepresident of Data y se encarga de los modelos de machine learning en la compañía, fundada en 2009 por el catalán Josep Coll con la idea de especializarse en brand protection. Hoy, la empresa trabaja ya con alrededor de 1.300 clientes, de los que entre el 45 % y el 60 % son estadounidenses.
La empresa trabaja ya con alrededor de 1.300 clientes, de los que entre el 45 % y el 60 % son estadounidenses
No obstante, empezó operando con pymes y atacando al plagio sin machine learning y con las investigaciones de los propios integrantes de la plantilla: "Red Points ofrece una plataforma tecnológica que se dedica a la gestión de todo el asunto de piratería, desde detectar en Amazon que un producto no es legítimo hasta comunicarle a Amazon que este producto debe ser retirado. Al principio, se desarrolló este producto sin la IA, sin machine learning, solo con la tecnología que había en 2016". Un año más tarde, Red Points decidió crear la plataforma.
Para ello, armó varios equipos compuestos por tres ingenieros. “Hacíamos ‘pruebas de concepto’, que consistían en ver, en un ámbito muy pequeño, si éramos capaces de desarrollar algo que tuviera sentido como negocio”, rememora.
La plataforma ya ha sido mejorada a través de cinco versiones actualizadas. La primera, Fingerprint, data de 2019 y se dedicó a verificar qué imágenes de empresas estaban protegidas con copyright en Internet. Tardó seis meses en desarrollarse, prácticamente lo mismo que las siguientes. “Hicimos un millón de predicciones. Este último año, hicimos 130-140 millones de predicciones”, resalta el ingeniero.
Ya en 2020, realizó la primera herramienta de detección de logos e imágenes y, al año siguiente, los ingenieros pudieron utilizar esta con cientos de clientes. En 2023, el equipo de Red Points logró agregar al software la automatización de datos y contenidos para aumentar la rapidez y eficacia de sus búsquedas: “Red Points funciona como un intermediario”.
EL FIN DE LA PIRATERÍA
El ingeniero agrega que Red Points no solo colabora con compañías de servicios, comercio, transporte y comunicaciones, sino que entre sus principales clientes se encuentran también empresas de juguetes sexuales. En España, cientos de usuarios hacen clic en plataformas como AliExpress, que venden este tipo de productos a precios baratos, a menudo sin saber los riesgos que pueden suponer para su salud física. Para Red Points, erradicar las copias de cientos de juguetes sexuales es una prioridad.
“Nosotros protegemos el uso de juguetes sexuales. Lo digo porque a veces hablamos de piratería en las películas o de otros productos. Eso siempre es inofensivo. Sin embargo, los juguetes sexuales que se venden en Europa tienen unas condiciones de calidad mínimas para cualquier persona. Un juguete sexual que viene de China no tiene por qué seguir estos criterios”, asegura Torrejon.
Marcas de juguetes sexuales han colaborado con Red Points para proteger sus productos. Entre otras cosas por los riesgos reputacionales a los que se enfrentan cuando alguien adquiere un artículo creyendo en su autenticidad. “Realmente, que le falsifiquen un bolso a algunas marcas de lujo afecta poco a los consumidores. Pero que tú como consumidor compres sin darte cuenta un producto de este tipo que no sigue las regulaciones europeas puede afectar a tu salud. Y eso sí es preocupante. Pongo este ejemplo porque a todo el mundo le hace mucha gracia. Pero esto perjudicó a la empresa. Las marcas sufren un daño reputacional enorme en estas situaciones”, defiende.
David Torrejon: “En materia de IA, creo que sería chulo entrar en el mercado ‘offline’. Es el gran proyecto que tenemos ahora”
Después de identificar la violación de la propiedad intelectual, el siguiente paso que lleva a cabo Red Points es lograr la retirada del producto. Ahí entran en escena los contactos de la compañía en los puntos de venta, lo que ayuda a entender el porqué del éxito alcanzado. De hecho, ha crecido hasta convertirse en una scaleup y trabaja con grandes marcas como el Real Madrid, Fila y Puma. “Al hablar de Red Points, es fácil vender lo que hacemos porque buscamos a personas que hacen copias o que se saltan la prioridad intelectual. Es como un caso muy limpio, muy blanco. Yo creo que es muy difícil encontrarle peros a lo que hacemos. Sin embargo, es necesario ser riguroso y tener muy claro qué datos tenemos y cómo podemos usarlos, ya que el entrenamiento del machine learning depende mucho de quienes lo llevan a cabo”.
De cara al futuro, la empresa, que cuenta con sedes en Barcelona, Nueva York, Salt Lake City y Shanghái, también desea ofrecer sus servicios en el mercado offline. “En materia de Inteligencia Artificial, creo que sería chulo. Es el gran proyecto que tenemos ahora”, avanza.