La salud bucodental también ‘sonríe’
con la digitalización

Amparo Lozano y Carlos Martínez abrieron las puertas de su clínica dental en León hace 33 años. Su deseo de innovar les ha llevado a implantar varias soluciones de IA para mejorar los tratamientos


Ainhoa Hernández

León | 18 de abril 2024

Amparo Lozano estudió Medicina en la Universidad de Oviedo. (Foto: Ainhoa Hernández)

Amparo Lozano no tenía previsto ser dentista. Mientras cursaba Medicina, su aspiración era convertirse en pediatra. Así, convencida del camino que quería dar a su carrera profesional, preparó el examen MIR (Médico Interno Residente) junto con su actual marido y compañero de trabajo, Carlos Martínez.

En los años 80, los estudiantes que elegían un camino distinto a la medicina interna podían realizar uno de los tres exámenes enfocados a distintas especialidades: Estomatología, Medicina Deportiva y Medicina Forense. Lozano y Martínez decidieron preparar la oposición de Estomatología a la vez que el MIR y presentarse “por si acaso” no superaban este.

Tras varios meses estudiando sin descanso, llegó el momento de afrontar el primer examen. Al finalizarlo, ambos se encontraban contrariados. “Preguntaron mucho sobre piernas y brazos, cuando Estomatología era básicamente teoría facial”, recuerda ella. Y es que los encargados de repartir las pruebas habían confundido los cuestionarios: los estudiantes de Medicina Deportiva hicieron el de Medicina Forense; los de Forense, el que les correspondía; y los de Estomatología, el de Medicina Deportiva. “A los de Medicina Deportiva les repitieron el examen, y a los de Estomatología nos dijeron: ‘Que os ampare san Pedro’”.

Sin embargo, la confusión favoreció a la pareja, ya que los dos aprobaron. Posteriormente, se enfrentaron al MIR y, al obtener unos resultados incompatibles con su deseo de seguir juntos, eligieron un camino muy distinto. Así, en 1991 abrieron la Clínica Dental Martínez Lozano en León, donde aún siguen trabajando. En ella, Lozano ejerce de ortodoncista pediátrica, una forma de seguir conectada a su aspiración inicial de mejorar la salud de los más jóvenes.

INVERSIÓN DIGITAL CONTINUA

Durante sus más de cuatro décadas de actividad, la empresa ha crecido tanto en resultados como en la innovación de sus procesos. Los tres trabajadores iniciales han pasado a ser once, lo que ha aumentado de forma notable el número de pacientes y el grado de especialización. Además, la clínica ha experimentado cambios sustanciales, mientras se adapta ágilmente a los ritmos que exige la digitalización.

Amparo Lozano: “La intención es digitalizar la consulta, realizar todos los trabajos mediante programas”

Quizás porque la salud dental se sitúa a la vanguardia tecnológica, al ser un sector que está experimentando avances constantes. “Me siento obligada a invertir en desarrollo digital para ofrecer el mejor servicio a los pacientes”, afirma ella. Lo mismo sucede con la formación, que el equipo realiza “a diario”.

En este sentido, los softwares y el material dental digital también requieren de un importante gasto. “Si te enganchas a este carro, eso significa una inversión fuerte y continua”, asegura.

APLICACIONES INTELIGENTES

Según explica la doctora, son varias las aplicaciones de Inteligencia Artificial (IA) que se utilizan en el sector. Una de las más extendidas es CBCT, de las siglas en inglés Cone Beam Computed Tomography (en español Tomografía Computerizada de Haz Cónico). El CBCT es una radiografía en 3D, que aporta datos de valor al dentista. “El CBCT lleva a cabo una radiografía con un índice de radiación menor que otras y nos aporta mucha información para analizar las lesiones bucales”, resalta la profesional. En concreto, contiene un software inteligente basado en el “aprendizaje profundo” o deep learning. A través de la recopilación de miles de datos, el CBCT puede percibir en la radiografía distintos tipos de patologías.

En el ámbito de la cirugía oral, la Clínica Dental Martínez Lozano también ha incorporado una Inteligencia Artificial que mejora la toma de decisiones. “Para realizar un implante, realizas un CBCT, que te permite ver la densidad del diente, su cantidad, sus raíces, etc. Además, disponemos de programas que integran esta radiografía con la boca del paciente. De esta manera, puedes ver por ejemplo qué ocurriría en la raíz del diente si optas por una cirugía u otra”, especifica Lozano. Gracias a esta aplicación, la probabilidad de acierto y la precisión del cirujano aumentan de manera exponencial.

Por último, la empresa ha implantado los escáneres láser de última generación. En uno convencional, es común que la cámara no capte todos los recovecos de la boca, pero gracias a la IA, se obtiene una imagen total de la dentadura. Además, también pueden realizar simulaciones: “En ortodoncia, el escáner digital te permite hacer una simulación de cómo van a quedar los dientes al paciente con el tratamiento. De esta manera, este comprende qué cambios se van a materializar y cuál será el resultado”.

DENTISTA 100% VIRTUAL

Lozano tiene muy claro hacia dónde se dirige el futuro del sector y de su negocio: “Nuestro proyecto es digitalizar la consulta y hacer todos los trabajos mediante programas. En Estados Unidos, a diferencia de España, los tratamientos dentales se consideran material comercial. El paciente puede escanearse los dientes y construir un alineador dental. De esta manera, cada vez que debe cambiar el alineador no necesita pasar por la revisión de un profesional”, aclara.

Pero ese cambio de paradigma no está exento de peligros. Porque las máquinas, de momento, no pueden relacionar tantos factores y matices como el ser humano. “Hoy, cada área tiene su propio desarrollo de Inteligencia Artificial, pero no existe una comunicación entre ellas que permita a la máquina relacionar, por ejemplo, un problema periodontal con un movimiento dental”, subraya la ortodoncista.

“Si te enganchas en el carro de la digitalización, debes hacer una inversión fuerte y continua”

De ahí que Lozano reconozca que, detrás de la digitalización absoluta, se esconden importantes riesgos. “Nos ha cegado tanto que nos limita la capacidad de ser más rigurosos. La IA no te advierte de su modus operandi puede que se haya inventado algo y no te lo va a decir. Por eso, aunque nos facilita mucho el trabajo, también debemos afinar nuestro criterio cuando nos apoyamos en ella”, advierte.




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