En 2018, Jorge Ávila fundó Signos en torno al IoT (Internet of Things). Hace dos años, la firma incorporó la IA en sus productos para elevar sus soluciones a un siguiente nivel de digitalización
Ainhoa Hernández
A priori puede parecer un calzo convencional, aunque de un tamaño sorprendentemente grande debido a que se coloca bajo las ruedas de los camiones. Sin embargo, su interior alberga una peculiaridad que lo diferencia de otros productos similares: un sensor que identifica la posición exacta de la rueda para asegurar que el vehículo se encuentra correctamente estacionado. Nos referimos a SiChock, un dispositivo basado en IA y creado por la ‘startup’ aragonesa Signos.
Durante las operaciones de carga y descarga que se realizan en los muelles, los operarios pueden sufrir accidentes por una mala colocación de los calzos. Una operación que queda siempre en manos de personas. Pero, a través de estos calzos inteligentes, una pantalla multifunción recibe las señales de los sensores y permite la apertura o bloqueo de las puertas del muelle. “Si durante las operaciones no ponen un calzo, hay un problema. Con lo nuestro se asegura todo el proceso, con lo cual eliminamos esos posibles accidentes”, asegura el CEO.
Esta es una de las soluciones que ofrece Signos desde su sede, ubicada en Zaragoza. Su columna vertebral se yergue en torno al Internet de las cosas (IoT), un sistema que conecta dispositivos (sensores, software…) en objetos físicos para construir una red de conexión que aporte datos de valor a sus clientes.
PROYECTO PRISMA
Sin embargo, las aplicaciones de estos dispositivos inteligentes no se limitan al sector logístico. En 2021, el fundador de la compañía energética Redexis acudió a la empresa zaragozana con una petición: mejorar el monitoreo de sus plantas de gas: “Este empresario tenía millones de datos de sus 54 plantas recabados durante diez años a través de un conteo manual. Acudió a nosotros porque le interesaba más que una inteligencia le predijese automáticamente cuánto iban a consumir sus plantas”.
Proyecto Prisma nació como respuesta a esta petición. Un sistema de inteligencia artificial que predice consumos de plantas de gas natural licuado para optimizar las rutas de transporte de descarga, con el consiguiente ahorro de emisiones de CO2 que esto supone. Prisma salió adelante gracias a la cofinanciación del programa de ayudas para Agrupaciones Empresariales Innovadoras del Ministerio de Industria y Turismo, y su eficiencia lo convirtió en finalista de los Premios Pilot 2023.
Jorge Ávila: “Quiero seguir potenciando los datos que obtengo del Internet de las Cosas, jugar con ellos para ofrecer un valor añadido a los clientes”
GREATAIR
En 2022, los sensores de Signos y la idea de tres investigadores aragoneses hicieron un match prolífico. De este emparejamiento nació Greatair, una empresa que evalúa la calidad del aire en interiores. Los sensores miden el CO2, la humedad y la temperatura del ambiente para reducir el riesgo de contagio de enfermedades como la Covid-19.
ORÍGENES DE LA EMPRESA
El fundador y CEO de la compañía zaragozana, Jorge Ávila, revela la clave para que las empresas apuesten por su solución: “Hay que pulsar el clic de la necesidad”. Cuando comenzó a dar forma a la firma, tuvo que pulsar muchas teclas y llamar a muchas puertas antes de que alguna empresa creyese en la solución que su startup aportaba. Visitó granjas de cerdos, refinerías de petróleo y fábricas de papel para recopilar información sobre un mercado donde sabía que había un nicho por cubrir.
Definió un cuadro de oportunidades, amenazas y debilidades, sin saber que esa técnica tenía un nombre y una aplicación empresarial. Simplemente se guiaba por la motivación de dar forma a su proyecto. De las doce empresas que visitó, nació un primer cliente: una compañía que facturaba 2.000 millones de euros y confiaba en lo que este emprendedor le proponía.
Desde entonces, el negocio ha experimentado un aumento de plantilla. Ahora son ya ocho las personas que trabajan en Signos, que desarrolla más de una docena de proyectos en España y América.
El crecimiento exponencial de la firma en los últimos años nace del esfuerzo y la constancia. A los 17 años, su CEO comenzó a trabajar y a formarse en tecnología. “Trabajé en la empresa informática de mi hermano, en la banca electrónica de BBVA, vendiendo coches, seguros, en Big Data… Por suerte, nunca me faltaron oportunidades y aprendí mucho”, rememora.
Quizás, su prematura entrada al mercado laboral le confirió una habilidad especial para tratar con los clientes, que le ha permitido implantar los sensores inteligentes de Signos en grandes firmas como Oil and Gas o Redexis .
LOS SIGNOS DEL FUTURO
Actualmente, la compañía tiene varios proyectos en el tintero. Uno de los que más entusiasmo despierta en Jorge se centra en una empresa americana que produce perros robóticos inteligentes. “Hablé con ellos en el Mobile World Congress y les interesaron tanto los sensores que quieren incorporarlos en sus robots”, comenta. Para optimizar el aprendizaje de estos canes automatizados, Signos les incorporará unos dispositivos que les permitirán detectar irregularidades en el terreno. De esta forma, si los perros tropiezan u observan anomalías en la superficie que pisan, la IA las recordará para tenerlas en cuenta la próxima vez que pasen por el lugar. “Quiero seguir potenciando los datos que obtengo del Internet de las Cosas, jugar con ellos para ofrecer un valor añadido a los clientes”.